Recompensa
los romperé a mazazos de ansias de libertad,
golpearé la piedra hasta hacerla guijarro,
me quemaré la vista y el alma de justicia
si algún día la consigo encontrar.
Entonces, sólo entonces,
tomaré un baño de paz,
recogeré las manzanas maduras,
aventaré el trigo después de la cosecha;
y viviremos todos,
uno al lado del otro,
ese mañana que espera
limpio, en calma, tras el muro.
Edurne M. Aiona (1985)
No hay comentarios:
Publicar un comentario