Astorbizkar, Orreaga
Año vulgar de 778
Mi nombre es Orti Arzaia, navarro y libre. He dejado mi casa y mi familia para luchar contra el invasor franco. Al llamamiento del jauntxo (señor) Eneko Aritza hemos acudido todos, ni un solo vascón ha quedado rezagado. Incluso el Banu Qasi Muza ben Muza, hermano uterino de Eneko, se acerca desde Tudela con sus tropas musulmanas. Yo he recorrido a pie más de diez leguas para estar hoy aquí. Estoy ávido de noticias, así que pregunto cómo está la cosa a un soldado que porta las órdenes de los jauntxos. Ladea la cabeza y me contesta entre dientes, masticando la rabia.
─Karlomagnok ezin izan du Zaragozarekin, Nafarrak inguratzen parte hartu ez dugunez, Iruña ordaindu du. Esaten dute haren tropak hiritik pasatzerakoan errukirik gabe buntsitu dute. Etxeak erre dituzte, emakumeez bortxatu dituzte eta haurraei lepamoztu dizkiete ere. Aurrean jarri diren guztiei hil dute. (Carlomagno no ha podido con Zaragoza y, como los navarros no hemos tomado parte en el sitio, se ha desquitado con Pamplona. Dicen que sus tropas, a su paso por la ciudad, la han arrasado sin piedad. Han incendiado las casas, forzado a las mujeres y hasta degollado a los niños. Han matado a todo el que se les ha puesto por delante.)
El día ha salido caluroso, el sol lo achicharra todo. Hace un calor del demonio, los hombres se cuecen bajo las cotas y los yelmos; ni siquiera el umbrío bosque refresca nuestros cuerpos, menos aún nuestras almas, ardientes de indignación por lo acontecido en Pamplona. La tierra tiene en el paso de Astorbizkar una belleza que no hay en ningún otro lugar, pero nadie se fija en el paraje, tan solo esperamos a los enemigos para acabar con ellos como ellos han acabado con nuestros hermanos. La espera se hace eterna. Pero pronto empiezan a llegar rumores de que los primeros caballeros francos han entrado en el desfiladero. Ya están aquí.
No hay comentarios:
Publicar un comentario