Hace mucho, mucho tiempo, cuando en el mundo empezaban a formarse los primeros rayos de luz, nació una mariposa en la zona más oscura. Se llamaba Polelesa y era tan hermosa que un pequeño rayo de sol se enamoró de ella. La seguía a todas partes; la luz del pequeño rayo iluminaba las alas transparentes de Polelesa dibujando sobre ellas brillantes colores que la hacían el ser más maravilloso de la tierra.
La mariposa se acostumbró a que su tímido guardián luminoso fuese tras ella continuamente y, con el tiempo, Polelesa también se enamoró de él. No podían estar separados el uno de la otra ni un segundo. Argikor, que así se llamaba el haz luminoso y Polelesa llegaron a estar tan juntos que se convirtieron en un solo ser.
Y así, surgió la primera luciérnaga.
Oso polita Edurne!! No pierdas esa imaginación y creatividad. Sorte on!
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